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LAS LLANURAS DE LA PATAGONIA

Nuestra Patagonia. Nuestro refugio. Nuestro lugar en el mundo. Donde nuestros padres decidieron vivir.Donde nacimos los hijos.
Donde la inmensidad nos hace sentir grandes y no pequeños. Donde el viento nos pega, pero trae nuevos aires.
Donde las dificultades de comunicación nos obligan a profundizar, conocernos y comunicarnos mejor.
Dependiendo del agua. Con todo el tiempo y sin relojes. Sin límites pero con mil limitaciones. Con el clima dictando la agenda.
Con la mágica sensación de lo logrado. Con la estimulante sensación del todo por hacer. Con la enorme sensación de libertad que se respira en la estepa al mirar el horizonte. Un horizonte que cada vez es más grande y que se mueve junto a los guanacos, sus chulengos y su gente.
Joaquín Chechile